En general, los eventos que pueden impactar tus inversiones pueden ser "sistemáticos" o "no
sistemáticos".
Los riesgos sistemáticos incluyen eventos que no afectan a un activo en particular, sino a todo el
mercado, por lo que podrían terminar afectando todos los productos o servicios en tu cartera. Se
consideran "externos", por lo que no son diversificables, controlables ni predecibles. Algunos ejemplos
son:
- Cambios en el mercado
- Inflación incontrolable
- Aumento de las tasas de interés
- Accidentes
Por otro lado, los riesgos no sistemáticos son aquellos que no afectan a todo el mercado, sino a un
activo en particular, al titular o a la industria. Estos eventos son diversificables a través de ciertas
estrategias relacionadas con la cartera. Sin embargo, siguen siendo inevitables. Algunos ejemplos son:
- Problemas de liquidez
- Riesgos relacionados con el negocio, como huelgas
- Deuda del titular y situación financiera